En el rol de líder, ¿Alguna vez has reflexionado acerca de lo difícil que suele ser liderar equipos de trabajo? Probablemente no seas el único que se lo ha preguntado, y si no te has formulado esta pregunta seguramente pronto lo harás.
Y es que en la universidad, particularmente en pre grado, no suele otorgarse la importancia a las habilidades inter personales que el exigente mundo laboral nos demanda. Ya lo dijo Daniel Goleman cuando publicó su exitoso libro “La Inteligencia Emocional” (1995), exponiendo por qué la inteligencia emocional es más importante que el coeficiente intelectual.
Que no siempre las personas más inteligentes son las más destacadas profesionalmente ya lo sabemos, pero la explicación no siempre está a la mano. La respuesta es que la inteligencia emocional marca la diferencia entre profesionales exitosos y destacados, versus aquellos que no.
Marcela Silva, coach y especialista en el desarrollo de habilidades inter personales, me explicaba la relevancia de que los líderes potencien su inteligencia emocional como elemento esencial para obtener equipos de alto desempeño. Pero, ¿Qué es la inteligencia emocional? Según Goleman, ésta se define como la capacidad del individuo para identificar su propio estado emocional y gestionarlo de forma adecuada. ¿Y qué relación tiene la inteligencia emocional con el liderazgo? Un líder puede llegar a ejercer una influencia profunda en las emociones de las personas que conforman su equipo, desde transmitir entusiasmo, confianza y energía positiva, hasta generar miedo, pesimismo o inseguridad.

¿Qué diferencia a un líder que gestiona efectivamente sus emociones versus otro que no? Un buen líder no reacciona meramente en base a sus emociones ante situaciones complejas o desafiantes, sino que racionaliza las emociones que está viviendo y medita sobre cómo reaccionar de la mejor manera posible con el fin de obtener un resultado positivo, y todo en un lapso de segundos. O sea, gestiona su emoción para controlar su comportamiento. Por mencionar un ejemplo, un líder que no gestiona su ira actuará de manera intempestiva o violenta ante situaciones difíciles que la gatillan, generando emociones muy negativas en las personas con las que trabaja, tales como temor, inseguridad o frustración.
Y ahora surge preguntarse, ¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional? Leer libros es interesante y ayuda a generar conciencia, pero es sólo el comienzo. Diversos talleres de crecimiento personal son muy útiles, como así también los talleres de desarrollo de habilidades directivas. Si a esto sumamos un proceso de coaching personal, entonces es factible obtener resultados tangibles a corto plazo, pero sobre todo, debiésemos buscar un crecimiento que sea más bien sostenible y de largo plazo. Lo importante es tener una actitud abierta para reconocer nuestras propias debilidades y trabajarlas con el apoyo de profesionales especialistas (no necesariamente sicólogos).
Si alguien cree que las emociones no afectan el desempeño de las personas, ya es tiempo de erradicar esta creencia. Nuestras emociones sí afectan nuestra capacidad de desempeño laboral. Y el líder sí tiene la capacidad de influenciar positiva o negativamente sobre las emociones de su equipo, y de esta forma, favorecer o desfavorecer un alto desempeño. Así que si quieres prepararte para ser un buen líder a futuro, o si quieres potenciar tu posición actual de líder, debes comenzar a gestionar mejor tus emociones, sobre todo aquellas que ejercen un impacto negativo en tu equipo. Yo ya comencé a trabajar en mi propio crecimiento personal, para lo cual tengo una coach personal con la cual estoy aprendiendo a gestionar mis emociones, sobre todo las más negativas. Y esto me ha hecho muy bien. Y a mi equipo. Y a mi empresa.